CONCEPTO DE RACISMO DE FRANTZ FANON Y APORTES DE BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS

Frantz Fanon y Aime Cesaire son a las ciencias descoloniales, lo que René Descartes fue para las ciencias coloniales. Fanon habla y teoriza desde la Zona del No-Ser, es decir, la geopolítica del conocimiento del ser colonial negro, de los condenados de la tierra en un mundo racista hegemonizado por los blancos, los afortunados de la tierra.

Mientras que la filosofía moderna y las ciencias sociales coloniales se centran en los sujetos cuya existencia y subjetividad se definen por el ser imperial, por los afortunados de la tierra, Fanon se enfoca en la perspectiva que nace desde los condenados de la tierra, es decir, aquellos sujetos inferiorizados sexual, espiritual, epistémica, económica y racialmente por el sistema mundo occidentalista, cristianocentrado moderno/colonial capitalista/patriarcal (Grosfoguel 2007).

¿Qué significa pensar epistémicamente desde el no-ser del ser, desde los condenados por los afortunados? Significa que las categorías del ser ya no son suficientes para demarcar la realidad y para afirmar la verdad de la experiencia corporal y geopolítica de los que piensan desde el no-ser.

Los individuos y sus estructuras psíquicas constituyen para Fanon internalizaciones de estructuras sociales y relaciones de poder más amplias. Por lo tanto, la desalienación/decolonización de los sujetos subalternos requiere de un conocimiento inmediato de las realidades sociales y económicas. Mucho antes de que los sociólogos franceses (Gurvitch o Bordieu) hablaran de habitus o la internalización de las estructuras sociales en los cuerpos de los individuos, Fanon ya hablaba de epidermización como la incrustación psíquico corporal de procesos y estructuras sociales de poder. Para Fanon, el complejo de inferioridad psico racial es el resultado de un doble proceso, primero, económico, y subsiguientemente, de internalización -epidermización- de su inferioridad en las estructuras psíquico corporales de los sujetos.

El sistema mundo occidental capitalista/patriarcal busca internalizar las desigualdades sociales producidas por el sistema en la psiquis de la comunidad inferiorizada, y reducir la explicación de esta desigualdad a sus comportamientos individuales.

Mapa Paraquariae. Realizado por Martín Dobrizhoffer. Comprende gran parte de Gran Chaco, ubicando con buena precisión la geografía, las tribus y las reducciones. Apareció en el Tomo II de su Historia de Abipones escrita entre 1777 y 1782. El grabado le corresponde a F. Asner.

Para Fanon, el racismo no es un prejuicio, es una jerarquía global institucional / estructural de superioridad e inferioridad sobre la línea de lo humano que ha sido políticamente producida y reproducida como estructura de dominación durante siglos por el «sistema imperialista / occidentalocéntrico / cristianocéntrico / capitalista / patriarcal / moderno / colonial» (Grosfoguel, 2011). Las personas que están arriba de la línea de lo humano son reconocidas socialmente en su humanidad como seres humanos con subjetividad y con acceso a derechos humanos/ciudadanos/civiles/laborales. Las personas por debajo de la línea de lo humano son consideradas sub-humanos o no-humanos, es decir, su humanidad está cuestionada y, por tanto, negada (Fanon, 2010).

Dependiendo de las diferentes historias coloniales en diversas regiones del mundo, la jerarquía de superioridad/inferioridad sobre la línea de lo humano puede construirse con categorías raciales diversas. El racismo puede marcarse por color, etnicidad, lengua, cultura o religión. Aunque el racismo de color ha sido predominante en muchas partes del mundo, no es la forma única y exclusiva de racismo. Por tanto, dependiendo de la historia local/colonial la inferiorización puede definirse o marcarse a través de líneas religiosa, étnicas, culturales o de color. En un mundo imperial/capitalista/colonial, la raza constituye la línea divisoria transversal que atraviesa y organiza las relaciones de opresión de clase, sexualidad, y género a escala global. Esto es lo que se ha nombrado como la «colonialidad del poder» (Quijano, 2000).

La interseccionalidad de las relaciones de dominación de raza, clase, sexualidad y género, concepto desarrollado por las feministas negras y chicanas a partir de la decada del 70 en Estados Unidos (Combahee River Collective, 1977/1981; Davis, 1981; Moraga y Anzaldúa, 1981; Hooks, 1984; Crenshaw, 1989, Hill Collins, 1990/2000; entre otras), ocurre en ambas zonas del mundo que describe Fanon. Sin embargo, la experiencia vivida de las diversas opresiones y la manera particular como ocurre la interseccionalidad, es diferente en la zona del ser en comparación con la zona del no-ser. En la zona del ser, los sujetos, por ser racializados como seres superiores, no viven opresión racial, sino privilegio racial. Como se discutirá más adelante, esto tiene implicaciones fundamentales en cómo se vive la opresión de clase, sexualidad y género.

El concepto de interseccionalidad fue acuñado por la jurista Kimberlee Crenshaw (1989:139), quien lo definió como la expresión de un sistema complejo de estructuras de opresión que son múltiples y simultáneas, con el fin de mostrar las diversas formas en que la raza y el género interactúan para dar forma a complejas discriminaciones de mujeres negras en Estados Unidos.

En la zona del no-ser, debido a que los sujetos son racializados como inferiores, ellos viven opresión racial en lugar de privilegio racial. Por tanto, la opresión de clase, sexualidad y género que se vive en la zona del no-ser es cualitativamente distinta a como estas opresiones se viven en la zona del ser. Por ejemplo: una mujer indígena de México que trabaja en la maquila sufre opresión de clase. Una mujer que es docente estatal en Argentina sufre opresión de clase. La mujer indígena en México sabe que si se organiza y lucha por mejoras en la maquila, es posible que no vuelva viva a su casa, se está jugando la vida. En cambio la mujer docente en Argentina tiene derechos de organizarse sindicalmente y sabe que si sale a manifestarse o participar de una huelga, su vida no corre peligro, salvo momentos excepcionales. Ambas mujeres también pueden sufrir opresión de género, opresión sexual o de cualquier otro tipo. Pero la intensidad como se vive la opresión debajo de la línea de lo humano es mucho mayor, es distinta a como se vive la opresión teniendo privilegio racial. Por lo tanto las estrategias de liberación y emancipación también serán distintas en ambos lados de la línea de lo humano.

El asunto por enfatizar es que hay una diferencia cualitativa entre cómo las opresiones interseccionales se viven en la zona del ser y la zona del no-ser en el «sistema-mundo capitalista / patriarcal occidentalocéntrico / cristianocéntrico moderno / colonial» (Grosfoguel, 2011). Para Fanon, ninguna de estas zonas es homogénea. Ambas zonas son espacios heterogéneos.

Esquema comparativo de la Zona del Ser y la Zona del No-Ser, separadas por la Línea de lo Humano (Fannon) / Línea Abismal (De Sousa Santos).

El «Yo» en un sistema imperialista /capitalista/patriarcal son las élites metropolitanas masculinas heterosexuales occidentales y las élites masculinas heterosexuales occidentalizadas en los países periféricos. El «Otro» en la zona del ser son las poblaciones occidentales de los centros metropolitanos u occidentalizadas dentro de la periferia, cuya humanidad es reconocida pero que al mismo tiempo viven opresiones no raciales de clase, sexualidad o género dominados por el «Yo» imperial en sus respectivas regiones y países.

La zona del ser y no-ser no es un lugar geográfico específico, sino una posición en las relaciones raciales de poder que ocurren a escala global entre centros y periferias, pero que también ocurren a escala nacional y local contra diversos grupos racialmente inferiorizados. Existe un colonialismo interno tanto en el centro como en la periferia. Existen zonas del ser y no-ser a escala global entre centros occidentalizados y periferias no occidentales (colonialidad global), pero también existen zonas del ser y zonas del no-ser tanto en los centros metropolitanos como también en las periferias (colonialismo interno). La zona del no-ser dentro de un país sería la zona del colonialismo interno. Sin embargo, es aquí donde la teoría crítica decolonial de Boaventura de Sousa Santos(2010) contribuye a esclarecer la diferencia entre la zona del ser y la zona del no-ser.

Zonas fanonianas y la línea abismal de De Sousa Santos. RAMÓN GROSFOGUEL
Para De Sousa Santos (2010) en la modernidad existe una línea abismal entre los habitantes encima de esta línea y los habitantes debajo de esta línea. Si traducimos esta línea como de lo humano y llamamos zona del ser a los que habitan encima de la línea abismal y zona del no-ser a los que habitan por debajo de ella, podemos enriquecer nuestro entendimiento de la modernidad y su sistema-mundo capitalista / imperial / patriarcal / racial / colonial que habitamos. Para De Sousa Santos, la manera como se gestionan los conflictos en la zona del ser (arriba de la línea abismal) es a través de lo que él llama mecanismos de regulación y emancipación. Existen códigos de derechos civiles/humanos/laborales, relaciones de civilidad, espacios de negociaciones, y acciones políticas que son reconocidas al «Otro» oprimido en su conflicto con el «Yo» dentro de la zona del ser. La emancipación se refiere a discursos de libertad, autonomía e igualdad que forman parte de los fines discursivos, institucionales y legales de la gestión de los conflictos en la zona del ser. Como tendencia, los conflictos en la zona del ser son regulados mediante métodos no violentos. La violencia siempre se usa en momentos excepcionales. Esto último no niega que existan en la zona del ser momentos de violencia. Pero existen más como excepción que como regla.

Por el contrario, como Boaventura de Sousa Santos (2010) afirma, en la zona del no-ser debajo de la línea abismal, donde las poblaciones son deshumanizadas en el sentido de considerarse por debajo de la línea de lo humano, los métodos usados por el «Yo» imperial/capitalista/masculino/heterosexual y su sistema institucional para gestionar y administrar los conflictos recurren a la violencia y a la apropiación abierta y descarada. Como tendencia, los conflictos en la zona del no-ser son gestionados por la violencia perpetua y solamente en momentos excepcionales se usan métodos de regulación y emancipación.

Dado que la humanidad de la gente clasificada en la zona del no-ser no es reconocida, por ser tratados como no-humanos o sub-humanos, esto es, sin normas de derechos y civilidad, entonces se permiten actos de violencia, violaciones y apropiaciones que en la zona del ser serían inaceptables. Para De Sousa Santos (2010), ambas zonas son parte del proyecto de la modernidad colonial. Por otro lado, para Fanon, la dialéctica de mutuo reconocimiento entre el «Yo» y el «Otro» que existe en la zona del ser, colapsa, se desploma en la zona del no-ser al no haber reconocimiento de la humanidad del otro. En resumen, en la zona del ser tenemos formas de administrar los conflictos de paz perpetua con momentos excepcionales de guerra, mientras que en la zona del no-ser tenemos la guerra perpetua con momentos excepcionales de paz.

Interseccionalidad y estratificación en las zonas marcadas por la línea abismal. RAMÓN GROSFOGUEL
La opresión de clase, género y sexualidad vivida dentro de la zona del ser y dentro de la zona del no-ser no es igual. Como los conflictos con las clases y las élites dominantes en la zona del ser son de naturaleza no-racial, tenemos que en los conflictos de clase, género y sexualidad el «Ser Otro» (Otro oprimido no-racialmente dentro de la zona del ser) comparte los privilegios del orden de derechos imperiales, los discursos emancipadores de la Ilustración y los procesos de negociación y resolución de conflictos. Por el contrario, como en la zona del no-ser los conflictos de clase, género y sexualidad son al mismo tiempo articulados por la opresión racial, los conflictos son gestionados y administrados con métodos violentos y de apropiación continua. La opresión de clase, sexualidad y género vivida por el «No-Ser Otro» (el Otro oprimido en la zona del no-ser) se agrava debido a la articulación de dichas opresiones con la opresión racial.

Epistemología colonial y descolonización del conocimiento RAMÓN GROSFOGUEL
¿Cuál es la relevancia de la zona del ser y de la zona del no-ser para la discusión acerca de la descolonización epistémica en lucha contra el eurocentrismo? La descolonización epistémica implica, como diría Aníbal Quijano (1991), desconectarse del eurocentrismo. Pero la pregunta es: ¿desconectarse de qué? Lo que conocemos hoy día como teoría crítica o pensamiento crítico es la teoría social producida desde la experiencia histórico-social del «Otro» dentro de la zona del ser.

El marxismo, la teoría crítica de la escuela de Frankfurt, el posestructuralismo, el psicoanálisis, etc. son modalidades de pensamiento crítico producidos desde la posición epistémica del «Otro» dentro de la zona del ser. La inferioridad racial de la zona del no-ser ocurre no solamente en relación con los procesos de dominación y explotación en las relaciones de poder económicas, políticas y culturales, sino también en los procesos epistemológicos. El racismo epistémico se refiere a una jerarquía de dominación colonial donde los conocimientos producidos por los sujetos occidentales (imperiales y oprimidos) dentro de la zona del ser se consideran a priori como superiores a los conocimientos producidos por los sujetos coloniales no-occidentales en la zona del no-ser.

La teoría crítica que se produce a partir de los conflictos sociales que vive el «Otro» oprimido dentro de la zona del ser con su acceso a procesos de regulación y emancipación, donde la dominación racial se vive como privilegio y no como opresión, es tomada como el criterio para entender la experiencia histórico-social de aquellos sujetos que viven la continua violencia y apropiación producida por la dominación racial hacia la zona del no-ser. El problema es que la teoría crítica producida en la zona del ser no pensó los conflictos sociales ni las particularidades coloniales de la zona del no-ser. Y si los pensó, lo hizo desde la perspectiva de la experiencia histórico-social de la zona del ser. De manera que la imposición de esta teoría crítica desde la zona del ser hacia la zona del no-ser constituye una colonialidad del saber por la izquierda. La teoría crítica de izquierda producida dentro de la geopolítica del conocimiento y la corpo-política del conocimiento de la experiencia histórico-social del «Otro» dentro de la zona del ser no es suficiente para entender los problemas vividos ni la manera como se articulan los procesos de violencia y apropiación de la dominación y explotación de aquellos sujetos pertenecientes a la zona del no-ser.

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